Querida Rocío:

El motivo de mi mensaje es que las letras fluyan, como fluyeron las distintas plumas de los asistentes al taller. Tú eres una pluma que me recordó la inocencia de la niñez, un carrusel fue el leitmotiv de un infantil sentimiento que recorrió tu creación literaria, es verdad, seguimos siendo niños y por eso te comparto el siguiente poema de Jairo Aníbal Niño:

Alejandro Santana
Usted
que es una persona adulta
– y por lo tanto sensata,
madura, razonable,
con una gran experiencia
y que sabe muchas cosas,
¿qué quiere ser cuando sea niño?
Es cierto que el día domingo es especial, por la mañana nos sentimos pletóricos, llenos de eufórica victoria, pero la tarde, en definitiva, es derrota. Por ello, la escritora danesa Tove Ditlevsen afirma lo siguiente:
“Nunca ocurre nada los domingos.
Nunca encuentras un nuevo amor en domingo.
Es el día de los infelices”.
Somos seres inestables con tendencia a la bipolaridad, y la impotencia emocional nos alberga en ciertos días de la semana, por tal motivo, tu poema evoca ese sentimiento de forma original y metafórica.

La terraza de la biblioteca Luis Ángel Arango dio una perspectiva única a tu haikú. Fue impecable tu creación, ya que te acogiste a las normas de un legítimo haikú. Creatividad con sencillez fue tu Haikú.

Ahora te comparto un haikú de los jardines del Santuario Heian (Kyoto):
“La flor de loto
Sus hojas y las marchitas
Flotando en el agua”
Nakamura Teijo (1900 – 1988)
Por último, agradezco haber sido tu par lector, fue una grata experiencia compartir este espacio literario contigo. Autores y lecturas magistrales nos acompañaron cerca de cuatro meses. Sigue escribiendo y espero que la vida nos vuelva a reunir, para compartir espacios maravillosos como este taller literario.