La vida no es un sueño,
es un viaje: un viaje a pie.
Y para viajar hay que estar despierto…
Gonzalo Arango
Estimada Nubia: eres mujer viajera en el sentido más peregrino de la palabra, mujer comprometida con lo que haces y piensas. En ese viaje intenso alrededor de ti misma para expresar al mundo tu poética y poder solazarnos a través de ella.

En tus escritos habita la belleza de un alma generosa, amante de la naturaleza, que decide arrobarnos en la contemplación de un bello amanecer, un dividivi, un pequeño naranjo, una orquídea florecida, un cerezo, una mirla o la odisea de un grillo valiente que no se conforma con imitar, sino que se prepara para nuevos cantos y se acostumbra a ir andando por la vida observando atardeceres.

Pero, en tus poemas también mora la melancolía y la nostalgia. Hablan de la esperanza de un mundo mejor, de un país más justo donde el respeto y la solidaridad sean parte de nuestros principios. Leerte es visitar la Colombia profunda, la de los desposeídos, la de todos aquellos que marchan, que levantan su voz de protesta exigiendo un cambio ante tanta inequidad e injusticia, porque como afirmas: “Leo este país desde su dolor. Si la vida es poesía y la poesía es vida, tengo un país en agonía”.

En la “Historia de barrio”, nos muestras la masacre de Llano Verde, el asesinato de cinco menores entre los catorce y los dieciséis años, cuyo único delito fue entrar sin permiso a un cañaduzal a elevar cometas y a chupar caña. En “Noche de fuego”, podemos ver cómo en las marchas durante el paro nacional fueron asesinados un número indeterminado de jóvenes, entre ellos Dylan Cruz, hechos que generaron una violencia de límites incalculables. En “Cómo callar cuando la tierra grita”, nos remites a la historia de cientos de campesinos y líderes sociales asesinados por arrancarles la tierra y aquí con dolor en el alma, exclamas que sería mejor estar en una burbuja para no sentir tanto horror. Te vi marchar gustosa con una multitud esperanzada y delirante en “De tempestades a calmas”, disfrutando de la música, el teatro y las danzas, el día de la posesión de nuestro nuevo presidente.

En ese transcurrir del viaje permanente que nos propones a través de tus poemas y relatos, entre otras de tus fortalezas y talentos, veo el mundo palpitante de una gran cronista, por eso te recomiendo leer al escritor y periodista Cristian Valencia, quien en su libro El Quijote anda en burro y otras crónicas, ha recorrido los lugares más apartados de la geografía nacional haciendo visibles personajes anónimos y recreándonos con sus grandes historias.

Gracias Nubia por regalarnos tanto amor a través de tus palabras, de tus versos, por permitirnos soñar con la utopía de un país mejor, donde las generaciones venideras, los hijos de nuestros hijos, ¡puedan vivir en paz!

Con cariño,

Consuelo Del Pilar López Medina