Va mi reconocimiento para Clara González.
Quisiera que de vez en cuando me señale mis puntos flacos, me aconseje, en definitiva, que me trate como a un camarada que necesita ser instruido.
(de Máximo Gorki a Antón Chéjov)
Apreciada Clara: ser crítica o comentarista de arte, cualquiera sea la expresión, es un acto que exige ir más allá de lo plenamente sensible y trascender para interpretar racionalmente el mundo sensible de la poesía y esto no es lo mío. Prefiero degustar, cada texto y cada palabra en él. Pero, además la enorme dificultad de escribir o crear una obra, que es como exponerse y muchas veces desnudar el “alma”, compartir generosamente emociones recónditas o incluso revelar nuestros egos, ya merece toda mi admiración y respeto. Así que prefiero expresar simplemente lo que me genera la lectura de tus poemas.


En primer lugar, me gusta la descripción sencilla y sensible de lo cotidiano en el primer poema “Soledad”. A propósito de la soledad inspiradora, escribía Gorki a Chéjov: "Voy a vivir y a trabajar solo. 'La soledad es el comienzo de la sabiduría', dice un héroe… Y otro añade: 'Y de la locura'. Me inclino por lo primero".

En el segundo poema percibo la fortaleza y sutileza femenina para expresar un cierre afectivo que quizás es tema universal y desmorona por instantes la existencia:
“…Entendí lo que querías.
La luz de tus ojos cuenta
Lo que calla el corazón”.
Finalmente, en “Rey de los Andes”, tan cerca a su extinción, por esa costumbre depredadora de algunos humanos, merece la exaltación que le haces en tu Haiku.

Quiero ahora compartirte un par de ideas, bellas ideas de la correspondencia entre dos grandes: Antón Pávlovich Chéjov y Máximo Gorki (Alekséi Maksímovich Peshkov). Del primero sé poco, de Gorki guardo el recuerdo de mis años jóvenes, de vida universitaria, cuando a ritmo de tertulias queríamos cambiar el mundo y apostábamos por una sociedad justa, convivible con vida digna para todos y todas, una sociedad “al tamaño de nuestros sueños”. Gorki era nuestro inspirador. Y no es que comparta a plenitud lo que transcribo, pero encuentro belleza en las palabras:
Mi alma está irremediablemente enferma, como es necesario que esté el alma del hombre que piensa. (Gorki a Chéjov).

Hablemos ahora de sus defectos. Pero esto no es tan sencillo. Hablar de los defectos del genio es lo mismo que hablar de los defectos de un gran árbol que crece en el jardín… (Chéjov a Gorki).

Soy un autodidacta… No creo que pueda mejorar lo que hago, ni siquiera que pueda mantenerme en el nivel al que he llegado. No es muy alto, pero es suficiente para mí. (Gorki a Chéjov).


…No es que se trate de aprender a cantar como nuestros ruiseñores y de afilar la voz, sino de sumergirse de cabeza en la literatura y aprender a amarla. (Chéjov a Gorki).
Es todo lo que puedo escribirte.


Con afecto,


Nubia Elizabeth López Torres

Noviembre 29 de 2022