Para Consuelo Del Pilar López Medina
Para decir cómo es la vida…
sólo podemos narrarla como
un cuento (Hannah Arendt).
Apreciada Consuelo:

Me siento honrada con tu generosidad al permitirme conocer en tus versos y relatos de atmósferas familiares, del mundo que sin saberlo compartimos en no lejanos momentos de nuestras vidas. He vuelto a recordar y aprender de tus escritos, las posibilidades de dar vida con la palabra a episodios cotidianos y paisajes de nuestro más cercano entorno. Has hecho posible reconocer que, como el alimento, los escritos literarios hay que saborearlos lentamente para encontrar su savia y sabiduría.

Leí todo lo que me compartiste. Una primera lectura muy grata. Tanta información de este país y ciudad que volviste poesía y testimonio, para que la memoria de las educadoras que fuimos en microcontextos sociales hostiles, perduren en la palabra escrita.

Una primera lectura que fue como el amor a primera vista, para catar y sentir el gusto por lo escrito; a esta siguieron otras lecturas, otras miradas y perspectivas.

Evocando a Thomas Mann en una de sus cartas a Herman Hesse, al referirse a su “Lobo Estepario”, tus versos y relatos “me han vuelto a enseñar …después de mucho tiempo, lo que significa leer”.

En cuanto a tus poemas, encontré en “El gran guerrero” una poética intimista que conmueve y deja abierta la sensibilidad; en “La Casa de Pisa-Guadalupe”: una descripción de uno de los lugares con tanta singularidad, del corazón de Bogotá como bien se ha llamada a La candelaria, zona Histórica e hito de la ciudad.

“La Noche estrellada de Van Gogh”, pura nostalgia y presencia de la naturaleza, a través del árbol.

En “Los Fantasmas de la Candelaria”, evocas la narración de sucesos extraños, pero atractivos para habitantes y visitantes de este terruño citadino, ligados profundamente a la cotidianidad: por algo se dice que no hay casa de La candelaria sin su fantasma.

Poetizar una tragedia, como la de Armero en “Catástrofe anunciada”, haciendo tuyos esos momentos, es una muestra conmovedora, no solo de poesía, es también profundo sentimiento de empatía.
Tus cuentos y relatos, otro bocado exquisito: “La pesca”, una loa a la mujer indígena.

Con seguridad, no habrá lector y lectora para quienes el encuentro con “Sangre en el Ring” y “Enigma Indígena”, no les resulten algo cercano e inquietante; ese mundo sensible en sus personajes, reales verosímiles y auténticos. Sangre en el Ring denunciando la muerte y Enigma Indígena cantando a la vida.

En particular, “Sangre en el Ring” es tan cercano a experiencias similares vividas en esos escenarios, que, solo en este encuentro con las Escrituras Creativas, supimos que habíamos compartido.

Si bien desde la perspectiva del poeta lector que acompañó este vuelo, puedan quedar ideas y formas pendientes y alma de cronista, percibo una inmensa sensibilidad y compromiso en tu escritura.

Es poco lo que digo a tu profusa escritura creativa; quisiera referir más sobre cada una de tus poesías, cuentos y relatos, pero el avatar del tiempo fue implacable.

Reitero un gracias por la confianza y por permitirme entrar en la intimidad de tu pensar y sentir expresados en poesía y prosa de inmensa sensibilidad para mi deleite.

Con afecto,


Nubia Elizabeth López Torres

Noviembre 27 de 2022